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Lo del TAORO no tiene comparación, pero mientras tanto necesito tomar un jugo de mango "congeladito" y proveniente de mi refrigerador, para hacerme las tardes del domingo menos tristes.
No hay duda de que la comida cubana nos alegra el paladar y de paso nos ayuda a reafirmar parte de nuestra identidad. La carne de puerco por ejemplo, aunque no sabe igual en Tel Aviv, Hong Kong o Nueva Zelanda, en todos estos lugares nos hace mucha falta. Ah, pero cuando la "jama" llega en forma de recuerdo se convierte en un "alma" de doble filo. Por eso mi niñez, Cuba, la familia... los que están y los que no están "todos juntos" me esperan hoy en el fondo de este vaso.
GeneracionAsere/La Pandilla