Convertir al llanto en guaracha.

Lagrimas negras es una canción que nunca dejará de atraparme, la misma piedra que en mil versiones y en mil épocas distintas siempre me roba el aplauso.

De niño solía confundirme oyendo la rara lírica plagada de pasiones, así desde la inmensa pena y del dolor profundo, el cantante terminaba rumbeando el bolero -contigo me voy mi santa- eso también es ser cubano, convertir el llanto en guaracha.

Una última versión de la lagrima legendaria, la he escuchado recientemente en el álbum de Bebo & Cigala y no se me despegan las tonadas que son ( fusión del flamenco, del jazz y del tango, montados al galope del teclado que juega al danzón-son-bolero) un gran pedazo de deleite para quien espere de la música divertimento y mucho más.

La voz adolorida y filosa del Diego escudriñado viejos boleros y el ritmo de un Bebo que agranda y achica las notas, nos hacen ver algo nuevo en viejísimas canciones que a tono de flamenco recorren todas las variantes posibles del lamento humano.

Después de este disco el jazz latino no puede mirarse de la misma forma, esta pieza magistral más que hispana o latinoamericana es sin dudas universal, porque la cultura como la música es una sola casa sin puertas donde cabemos todos y su verdadera clave es la esperanza.

by tony asereg