Las cajitas de cumpleaños y fiestas

Con esas orejas de cartón, no hacían falta cucharas. Photo by G.A.

Mi tía se encargaba de la ensalada fría. Mami metía pa’ croquetas de ‘ensueño’ a base de salsa bechamel. El cake lo compraban en la dulcería de Santa Catalina o en la tumultuosa “Super Cake”. ¿Y entonces? ¿De dónde salían las cajitas?

Si hay algo que podía hacerle sombra a cualquier piñata de cumpleaños, eran las cajitas, y así lo atestiguan las miles de cargas a degüello que armamos en las fiestas para alcanzarlas. Claro que volaban. No olviden que cuando hay hambre sobran los preámbulos y es muy duro “embarajar”.

Patrick Suski escribió “El Perfume”, pero a nosotros nos sobra tela por donde cortar y tan solo por joder o recordar bien podriamos nombrar como "El gusto" a ese ciclón de sabores que nos llega en un segundo si probamos de nuevo la mezcolansa de aquellas cajas. Han pasado veinte y pico de años... pero ellas no se van de nuestra memoria. Rica embrollo de cake, ensalada y croqueta dando vueltas en el paladar. Muchachooo! Basta solo con probarla para que te conviertas en niño.

Hay cosas que no las borra el tiempo ni el lugar, que no se quedan atrás porque uno las lleva consigo a donde quiera que vaya. Sandro nos asustaba el otro día con su predicción de “orgasmos en lata”, otra gente ya ha hablado de embotellar el aire y el sol de Cuba, o hasta de grabar el sonido de aquel mar. Pero vamos a ver, en honor a la verdad, ¿Acaso cuando éramos chamas, la gloria no venía en cajitas?

GeNeRaCiOnAsErE/tony