Hoy, un homenaje a la capacidad de diálogo que tenían los borrachos de mi barrio

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Cuando era niño, cada barrio de la Habana tenia su borracho oficial. Aquel tipo que no esperaba al fin de semana para darle en la misma costura a la “wafarina” y salir a la calle a decir cosas que normalmente tenia que callar.
Así recuerdo a “Macri” un borrachín bastante joven, que acuñó varias frases célebres en mi cuadra, como,
-el hombre nace con dos tragos de menos, porque sin beber es serio, mudo y "pasmao".
-el viento es el mejor amigo del hombre, porque es el que le levanta las sayas a las mujeres.

Es curioso, pero a medida en que uno crecía el número de borrachos del barrio aumentaba, “ ¿Qué quieres que haga si no tengo con que entretenerme?” así se justificaban ante la gente.

Al principio fue cosa de joder y descargar un rato los fines de semana con los chistes del Macri. Luego se perdió el ron y entonces aquella esquina cuyo nombre (ahora) prefiero olvidar... comenzó a ser el mismísimo centro del trapicheo de ‘chispa de tren’ en todo el barrio. Para allí bajaba lo mismo el ingeniero, el jinete sin pincha, o el capitán de las FAR, hasta el Yiyi que había jalado un “bolón” de años en el cana-da (preso) y de paso todos los demás. Antes de tomar casi ni se hablaban, pero al final todos se querían abrazar...
¿Acaso el gruñido es el lenguaje universal?
Bueno, pues “a media lengua” aquellos “cubiches” solían comunicarse mucho mejor, que en una situación normal. Lo cierto es que un pomo de alcohol por la noche, unía todo lo que por las mañanas en "estado sobrio" les separaba. Y es que ‘desgraciadamente’ solo cuando estaban curdas, encontraban el valor para saltar por encima de sus propias diferencias. ¿Por que será?

GeNeRaCiOnAsErE/tony