Eduardo Sarmiento es un joven pintor con una idea muy particular sobre el "infierno", que no tiene tiempo para esperar a que sus pecados sean juzgados luego de la muerte, por eso no se arrepiente y expone las imágenes de sus deseos sexuales en plena vida, para que estas puedan hablar por él.
La vida es muy corta para ocultar lo que somos y lo que llevamos dentro. ¿Acaso no venimos todos de aquel palito victorioso que nos trajo al mundo? Ser humano también significa ser ángel y demonio a la misma vez. Y entonces, "¿para qué perder el tiempo, para qué volvernos locos?" No, nada de eso, nada de arrepenti-mientos, ¿culpa de qué?
GeneracionAsere/La Pandilla
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