No hay mal que dure 100 años. Solo 90...

Nos estamos poniendo viejos y no llega el futuro luminoso, el reverso de aquella vieja consigna, ese momento anhelado en que cada cubano tenga espacio para vivir en la isla sin importar su filiación política.

Los años pasan, llegan nuevas generaciones y otras viejas se van sin poder alzar la voz. ¿Hasta cuándo tendremos que hablar bajito?

Se fue Fidel, pero luego de medio siglo no hay un solo hilo en la estructura de poder que haya cambiado en la isla. Todo depende de la voluntad de un solo individuo.

Cuba no es un país normal, y no lo será hasta que deje de ser un delito decir en voz alta la palabra LIBERTAD.

GeneracionAsere

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