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7 de octubre de 2007

On domingo, octubre 07, 2007 by GeNeRaCiOn AsErE   7 comments

En el post de hoy del BLOG General Electric , Gerardo (nuestro socio en armas) nos habla del día que bajaron de su pedestal a la estatua de Isabel II en el Parque Central, para ilustrarlo nos regala una interesantísima foto de aquel preciso momento, que retomando sus palabras, representó el final del período colonial en la isla de Cuba. Luego de ver esto, se nos ha ocurrido hacerle la media al frigidaire y de una vez postear en "cadena" el recordatorio de otro suceso similar.
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Hace muchos años vi un documental sobre el derribo de una estatua, pero en lugar de retirar a la reina Isabel II, demolían al águila de bronce del memorial a la voladura del acorazado Maine en la Habana.
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... tal vez para superar aquello de que segundas partes nunca fueron buenas... el director de la OBRA llamada “El despetronque del Imperialismo”(ICAIC-MAYO DE 1961) se encargó de que esa vez hubiera mucha más acción en la trama – por ello en las diferentes tomas se animaba al auditorio a gritar animando a la grúa y entre ¡Arribas! ¡Abajos!, caía primero un ala... luego aplausos y estertores para ver caer el cuerpo... como si la esperanza de un nuevo mundo se cocinara al calor de la muchedumbre enardecida, como si el milagro de los panes y los peces pudiese suceder con tan solo derribar a un viejo monumento -
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Luego de casi un siglo de avatares (por no decir de traqueteos) aun puede verse en el paseo del malecón al pie de dos columnas blancas, la placa de bronce que data de 1926, con los nombres de los soldados y oficiales muertos en el hundimiento del acorazado Maine. El cuerpo y las alas del águila se exhiben en la sala de la República del Museo de la Ciudad, pero lo que sí resulta un misterio es cómo fue a parar a manos norteamericanas la cabeza del pájaro, que hoy preside "flamante" la entrada de un salón- bar de la Oficina de Intereses de EE UU en La Habana. ¿Acaso en este juego de símbolos, la persistencia del ave querrá decirnos algo?
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Cuando estamos a punto de presenciar otro estreno, la entrega número III de la secuela de las estatuas... enseguida recuerdo la frase del Brumario 18 que dice que “la historia se repite a sí misma, primero como tragedia y luego como una farsa” quizás hoy para borrar el efecto de "tragicomedia" los nuevos realizadores del serial nos estén preparando un musical... después de todo “no hay que llorar, pues la vida es un carnaval y las penas se van cantando".

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GeNeRaCiOn AsErE/ tonygm

7 comments:

General Electric dijo...

Muy buena reflexión esta que has hecho, Tony. También están las estatuas que presidían la Avenida de los Presidentes a todo lo largo. Creo recordar que de la de Estrada Palma quedó el pedestal y los zapatos...? Eduardo Galeano le dedicó un poema a esos zapatos en el que despliega toda su ignorancia e incomprensión de la historia de Cuba.
Por suerte las estatuas de los presidentes, hasta donde sé, se conservan... y Leal ha propuesto incluso reinstalarlos en la Avenida...
Oye, te respondí el email... salúdame al Kellogg

Anónimo dijo...

No sabia lo de la cabeza del águila. A mi la verdad me gustaría ver de nuevo el águila en su lugar. No se trata de cambiar o destruir símbolos, sino todo lo contrario. Tanto Isabel II como el águila imperial tuvieron su momento en la historia de Cuba. No se trata de cambiar un símbolo por otro, se trata de preservarlos para preservar la memoria histórica.
Maylin

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

Ay, ya me parece escuchar a Eusebio
-Deberíamos restaurar la efigie de todos los presidentes en la ilustrísima Avenida de Paseo y que en viaje de levante a su antigua morada, recuperen de una vez estos próceres el brillo original que en sus rostros el sol la villa dejaba asomar cada mañana …
creo además, que para garantizar que termine de una vez el jueguito de montar y desmontar estatuas… propongo inicie sin dilación el proyecto de “la estatua de la familia en Cuba”. Un movimiento cultural de masas, que serviría a la primera juventud para combinar las tareas del estudio y el trabajo… que además generara empleos a diestra y siniestra e en el mantenimiento y creación de obras que llenen las calles de nosotros mismos.-
Sera necesario iniciar varia cursos de escultores, que además en un futuro vayan a prestar sus experiencias en la instauración de la “estatua familiar cubana” a países hermanos, como parte del internacionalismo monumentario. ¡Cuan hermoso será ver a toda la familia volcada en la cuadra, escoba en mano… lista para embellecer sus propios monumentos y también al mismo tiempo combatir a las palomas que vilmente insisten en sabotear con su cagarruta a la nobleza del proyecto.

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

el acto de demoler una estatua es como el de pretender que se puede desaparecer a la fuerza o por decreto un pedazo de la historia.

claro, eso aplica para todos los monumentos...

T

General Electric dijo...

"el internacionalismo monumentario" esa esta buena :o)

lola dijo...

Esto de quitar y poner monumentos, me recuerda que una vez cuando estudiaba en el Instituto de la Víbora, un día descubrimos que debajo de uno de los tablones donde ponían las notas había una placa que decía que ese Instituto lo había inaugurado el presidente Grau, ¡y como no habían podido quitarla la taparon con un tablón! ignoro si aún sigue ahí.

Anónimo dijo...

, lola he ahí la esencia leninista de la dictadura del proletariado, que en el intento de demoler el pasado construye un edificio sin columnas y tarde o temprano cae sobre su propio peso.
Un abrazo, T