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14 de septiembre de 2007

On viernes, septiembre 14, 2007 by GeNeRaCiOn AsErE in    6 comments
Mucho antes de que llegaran los turistas, los tíos de la comunidad o las jineteras, los tipos más duros en la Habana eran los chóferes del carrito del helado,  por aquel entonces en lugar de soñar con chiclets, laptops o iPops, los pioneritos de nos hacíamos el cráneo con grandes pintas de chocolate.
El carrito del helado fue un camión blanco y azul que de repente salió del sombrero mágico del "Coman-Dante", allá por el año de la Institucionalización (1900.com), junto a las maquinas de 'frozen' y la invasión del yogurt en vasitos plásticos. ¿Se acuerdan?

Era tan chico por entonces, que solo después de muchas temporadas logré meterme en medio del tumulto, de aquel revuelo que se armaba para poder alcanzar las 'paleticas'.
-¿compañero... compañero, le quedan bocaditos?-
y los tres pesos a veces no valían nada, apretados con la rabia de mis manos "tan cortas para esas nubes tan altas" así aprendí por Cheo (el marido de Rosita), profesor de Beca y vecino del segundo piso – que la oferta no siempre suple la demanda, chamacón-
¡Pero que va a saber un niño de eso! Ahhhh, pero todo cambiada al tiro si carambola podía empatarme con la guarina, entonces aquel si era un día de gloria. Recuerdo conocer el éxtasis, el optuple camino del NIRVANA, sentado en un contén del barrio con mi paquete de 'mantecao', 'lactívoro y feliz' pensando -"que me quiten lo bailao"-
Siempre al filo de la una de la tarde, al sentir aquella música de muñequitos, era como –¡PUMP!- un segundo de parálisis, seguido por el delirio y la apoteosis. Mi tropa y yo, que mataperreábamos las vacaciones enteras en el solar contiguo al parque Acapulco, nos lanzábamos al ataque con tremendísima furia, pero 'na-na-nina', antes de nosotros ya había llegado medio suburbio - ¿Qué quienes eran? Pues madres, padres, abuelos y todo el mundo, todo el mundo con la lengua afuera.
Idea surrealista (equiparable a la importación de muñequitos rusos, o de excavadoras de nieve para la limpiar las calles de una isla tropical ubicada en medio del Caribe) fue también la de instalar altavoces chillantes al camión del helado, para avisar de su llegada con una gris melodía de Chopin.

Le zumba la metralla y la melancolía, oír a Chopin -de heladero- debajo de un sol indigenista por excelencia, radiante y tropical. Por eso aquel romántico tono de la “Polonesa Heroica” fue interpretado por la mayoría de los habaneros como una señal de -¡Al machete!- y luz verde para que se armara el relajo. Así que luego de escuchar el primer acorde monofónico, sobrevenía al instante un grito de guerra en todo el barrio:

¡¡¡¡EL CARRITOOO!!!!

Y entonces nos íbamos a degüello -¡Quítate Juan, que te tumbo!- Quién nunca corrió a por el carrito, no podrá entender la magnitud del júbilo inocente de aquel gentío, bella estampa de mi infancia que todavía me hacen reír de lo lindo. Aun recuerdo con cariño aquellas caras que más nunca he visto, algunos jóvenes ahora medio viejos, muy cerca de mi otros hoy andan lejos, felices los tristes, vivos los que han muerto, todos, absolutamente "todos" corriendo tras la alegría inocente que nos provocaba aquel carrito.

by GeNeRaCiOn AsErE/tonym, Miami 2007


La historia de la isla recoge otro hecho no menos singular, que vinculó al gran Chopin con aguerridos cubanos y este es el de la amistad del mencionado compositor, con Carlos Manuel de Céspedes (quien en su juventud llegó a ser abogado personal del músico, viviendo en París a mediados del siglo XIX) aunque en honor a la verdad, nunca fue tan popular don Federico en Cuba, como cuando de cabo a rabo recorría las calles de La Habana con su insigne " vals de los bocaditos *

*Una de las melodías que escuchábamos en los altavoces de los carritos de helados era la Polonesa Op. 53, que fuera compuesta por su autor -Federico Chopin- en París durante el año de 1842, la misma primavera, Carlos Manuel de Céspedes y su esposa María del Carmen, acompañados de Gertrudis Gómez de Avellaneda y Miguel Aldama, tuvieron como asiduo invitado de honor en sus tertulias a Chopin, entre otros artistas de la época como Wagner, Delacroix y Balzac.

6 comments:

Anónimo dijo...

el día que el carrito aparecía se convertía en un día especial

Skapada Blog dijo...

Coño, mira que yo corrí detrás de ese cabrón carrito de helado! Y las moloteras en que me metí pa´ poder tomar un cabrón helado y ahora veo a mi chama que desprecia el helado y me dan ganas de... bueno, el no nació en Cuba.

Anónimo dijo...

jajajaja, ay yoyo compadre, me has desp de la risa con eso de tu chama, veamos cuando venga el mio!!!

General Electric dijo...

Ahhh! Ya vi! están tomando heladito, los niños! y se hacen los de la "pisteadera"

Ivis dijo...

Aseres, tremenda sorpresa. Iba a escribir sobre este tema para mi Pasaje Cadena Azul y encontré este post, y qué va, después de lo bien que lo ha hecho Tony, no sé qué voy a escribir. En todo caso pido permiso para citarlo.
Un beso desde Mallorca.
Ivis.

Betty dijo...

qué bueno el post! Ivita me haló p acá;-)

En la desolada Alamar aquello era el suceso de la semana, en mi mente tengo los bocaditos, con su panetela pegajosita... aquellas paleticas me sabían a gloria, ahora ya "paso" un poco de los helados, no hay ninguno que me sepa como aquellos "luchados" cuando se abría la tapa de metal del camión, saludos para maylin, a tony y albert