Ahí na’ ma’, para todos.

En cuando se empina la clave, al ritmo del dos por tres, esté uno donde esté, casi siempre lo que se nos sale es -ahí na’ ma’- y esa frase la popularizó Juan Formel (el hombre clave de la banda Van-Van), luego Juan y Pedrito, malanga con sus viandas hemos repetido esa expresión, que con nosotros (los cubiches) también le ha dado la vuelta al mundo, y hoy por hoy es la contraseña imprescindible para armar el despelote. –A degüello, mis puntos cubanos... con el machete en la mano-

Por allá por el 1928, Ignacio Piñeiro salió con aquello de “Échale salsita”, nacía de ese modo, una de las primeras argucias, que con gracia, han descrito casi por un siglo ya, la bacanal de fiesta, música, placer, comida y alegría que trae consigo la música cubana. En la casa de doña Catalina Guines, que según se cuenta, quedaba por aquella época. Cerca del litoral de Santiago de Cuba, se gozaba de lo lindo al compás del son Oriental y la buena comida criolla...

-“Salí de casa una noche aventurera, buscando ambiente de placer y de alegría. ¡Ay, mi Dios!” (...) “En Catalina me encontré lo no pensado. La voz de aquel que pregonaba así: ¡Échale Salsita, échale salsita, échale salsita! –

Hoy cualquiera de nosotros daría lo que no tiene, por probar aquellas butifarras que cambiaron la historia de la música cubana... Ah, y porque no los tamalitos de Olga..., o la socorrida yuca por el kimbombó que resbala en el guayo a la otra Catalina ... bueno mi gente, por ahí para allá ‘asujetate Joséito’ que la lista es larga de y pregones están cuajados nuestro ritmos.

Si hoy hablamos de expresiones que apuntalan nuestro disfrute musical, enseguida nos viene a la mente: ¡Azúcaaaa! Frase que no ha muerto y que aun vive grande como la luz de Celia (Cruz) que alumbra y rumbea con la punta del pie, junto al: Ahí na’ Ma’ que repetimos ahora millones de cubanos de todas partes... ideologías... y edades.

Cuando uno disfruta de buena música, no vale la pena agregarle a ese placer nuestro partidismo y si lo hacemos, enseguida el momento pierde su sentido y la vida se empequeñece, reducida a un punto de vista relativo.
Juan Formell y los Van Van, son parte de mi historia y de la historia de millones de gente que crecieron bailando con sus canciones. Si antes no me detuve en Cuba, a pensar en la posición política de la banda de música que me hacia bailar, ahora que vivo en un país sin dictadura, espero hacerlo mucho menos.

Me alegra mucho oír el AHÍ NA’ MA’ en Miami a diestra y siniestra, tanto a artistas famosos como a gente de la calle, porque pensar y opinar no es más importante que gozar la papeleta, porque es parte de lo que somos reafirmar nuestra alegría, porque esa frase nos pertenece a todos y la politiquería vive ‘sola’ en la barriga de unos cuantos.

GeNeRaCiOn AsErE/tonygm

Los Van-Van en Miami (2003)