Habana Graffiti. Un Jonrón del yoyo.

A nuestras manos a llegado ‘Habana graffiti’ un libro escrito por el Yoyo del blog Jinetero.. ¡so, what! , todo un recuento de vivencias insertadas en esa historia común de miles jóvenes cubanos, que hemos tenido que enfrentar a un mundo exterior en calidad de ‘Inmigrantes’o ‘refugiados’, luego haber vivido toda la vida en aquella Cuba de fantasías y miserias... de utopías y penurias que el autor nos resume en el primer capítulo bajo el nombre de ‘Socialismo y Muerte’.

Habana Graffiti es un Jonrón por el jardín central, de esos que levantan de pronto la esperanza de miles de compatriotas que daban ya el juego por perdido. ¡No señores! El juego esta empatado y cada entrada depende ahora de nosotros.
Les pido que apoyemos al yoyo con su libro y de paso, que pensemos en como hacer un proyecto original para que cada uno de nosotros pueda ser escuchado, para que todo lo que somos y alguna vez vivimos no se quede en el cajón del olvido. Al paso que vamos, dentro de poco ya no habrá más memorias de la escuela al campo, ni testigos de esos balseros que perecieron en el medio de su pira por allá por el 1994. Bien por el Yoyo, que nos pone a pensar en la situación de un patón que se ve obligado a enseñar a bailar la salsa en Berlín, porque se supone que si eres cubano, tienes que saber bailar... y bailar bien.

No hay porque avergonzarse de lo que fuimos. Si bien es cierto que nos engañaron en la escuela, que el futuro no fue luminoso, sino que llegó más bien lleno de apagones, lo cierto es que hoy andamos por el mundo con la cabeza en alto y podrán señalarnos miles de defectos... pero estas alturas nadie puede decirnos que no somos cubanos.
Es cierto que aun viviendo adentro de nuestro propio país, tratan a diario de convertirnos en ciudadanos de segunda y que afuera de la isla, en el cruce de las fronteras aduanales los oficiales de paso nos suelen poner carita de culo y de desprecio, sin embargo somos portadores de otro tipo de pasaporte o carne de identidad que no se borra con un cambio de la nacionalidad.
¿Quién nos quita ahora esas ganas de reírnos de todo y de nosotros mismos? Luego de 30 años de libreta y de tenernos que bañar con jarrito... se hace camino al nadar... de pionero a jinetero... del picadillo al filete... tanto pensar en el whisky para terminar añorando un buche de chispa entre amigos.

Si compadre, Habana Graffiti nos hace falta para que no se nos olvide que a 40 mil millas del barrio, nuestro verdadero país siempre nos acompañará por dentro. Y como ya dijimos una vez aquí, si ser ciudadano cubano no vale nada, el haber nacido en Cuba siempre lo valdrá todo.

Gracias yoyo. Un abrazo.

GeNeRaCiOn AsErE