ELEMENTAL QUERIDO WATSON. Cuando somos imbeciles, porque al otro le conviene.

10/18/2007. El Museo de Ciencia de Londres ha cancelado una conferencia anunciada por el científico Nobel James Watson, inmediatamente después que el mismo afirmara que las personas de raza negra son menos inteligentes que las de raza blanca.

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En el pasado, Watson ya había declarado que a las mujeres debe concedérseles el derecho a abortar solo en el caso que los exámenes médicos indiquen que su hijo pudiera ser homosexual.

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El científico al cual se le concediera el premio Nóbel en 1962 por su descubrimiento de la estructura del ADN, declaró recientemente a un periódico británico su profundo pesimismo ante el futuro del continente Africano. Según él, las políticas sociales de la región fracasan al asumirse que la inteligencia de esta raza es la misma que las del resto de la humanidad.

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Me pregunto si a estas alturas del siglo XXI, después de tanto arroz con mango en el mundo, de miles de bombas que se fabrican alegremente por el Occidente para matar africanos, de que el KALAFNİKOF (AK-47) en África Meridional se cotice más barato que un pollo en los mercados de alimentos... de las toneladas de diamantes tintos en sangre y de los diarios planes de machete en Darfur... ¿Cono, es qué van a seguir echándole la culpa al negro?

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A menudo escucho en emisoras radiales de Miami, publicas expresiones de desencanto provenientes de afamados conductores (puedo mencionar nombres) debido al aumento en los últimos años de la población de raza negra en Cuba. Este tipo de comentario lacerante se ha hecho sin tapujos también en programas de máxima audiencia, al declarar la existencia de dos Cubas (una blanca y otra negra) por algún que otro catedrático ‘relevante’ personaje público de nuestra comunidad

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Debo decir que yo asumo mi mestizaje con un orgullo de ropa al sol en tendedera, mi pelo rizado y mi piel blanca hablan bien de lo que soy. Un cubano que se caga en los atropellos de raza. Me gusta que corra sangre mezclada e irreverente por mis venas. Recuerdo que hace ya tiempo cuando estudiaba en Netherlands, una noche me quedé petrificado al constatar que al somalí kuffe, mi socio de clase, no lo dejaban entrar a un pub de Amsterdam simplemente por el color de su piel, aquel fue mi primer encuentro con el racismo real fuera de Cuba. Años después encontrándome a medio camino entre la frontera de México y EE.UU, un chaparrito indígena conductor de autobús, me salvó literalmente el pellejo cuando hizo que unos corruptos policías del Estado de Sonora que intentaban extorsionarme, me soltaran luego de que él mismo se les enfrentara con valentía e inteligencia sin par. Lección para el resto de mi vida, la generalización sobre naciones o grupos de personas llevan casi siempre implícitas el desprecio, el desconocimiento y la arrogancia.

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A diario en la ciudad donde vivo, escucho no sin incomodarme, como a en la calle, en las oficinas y hasta en casas de familia, determinados personajes hacen alusiones peyorativas generalizando para culpar a toda una nacionalidad, tendencia sexual, estrato social o raza por las acciones que ha cometido un solo individuo.

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Debido a lo antes expuesto creo que ha llegado mi hora de GENERALIZAR, pues según parece cierto tipo de científicos, conductores de radio y chóferes de carros tienen algo en común y es el ir por la vida arrollando a todo el que se le ponga delante, ya sea judío, trabaje en América TV o en el canal 51, negro, indio, homosexual, latino, balsero, marielito, gringo, cubano del exilio histórico o esquimal, todos, absolutamente todos somos una sarta de imbeciles, cuando al otro le conviene.

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¿Acaso este ejemplo sería valido para explicar la tesis de la unidad y lucha de contrarios?

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GeNeRaCiOnAsErE/tonygm