Es posible el dialogo entre liborio y matojo?

Este viejo post fue colgado hoy como continuidad y apoyo al debate que generó el artículo aparecido hoy en el BLOG Jinetero, ¿... y qué? , el cual lleva por título “Una República de derechas” y que recomendamos a todos los aseres.

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Si existe una visceral y distintiva forma de pensamiento en el actual contexto político cubano, es la que se desprende de los lideres dos grupos generacionales divididos en:

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A) Nacidos antes de 1959
B) Nacidos después de 1959

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(generalizar es siempre un arma de doble filo y quiero dejar claro que siempre hay excepciones en la regla)

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El grupo A (abuelos y padres) tiende a enfocar su visión política desde un punto de vista ideológico, animado por la practica a raja tablas de determinada agenda y es por naturaleza, gregario y excluyente, aunque al mismo tiempo solo pueda actuar con el apoyo de las masas, a las cuales exige el reconocimiento de su verdad, casi siempre “absoluta”.

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En cambio, el grupo B (nietos) son hijos de su tiempo, pertenecen a un mundo cada vez más desideologizado, donde sus valores y conceptos varían según el caso, del lado progresivo al conservador, sus agendas son pragmáticas y propician la integración social como parte de la convivencia, lo cual hasta cierto punto no deja de ser retrógrado, pero siempre utilitario.

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Debo aclarar que no estimo un dialogo inminente en las condiciones actuales, pues por desgracia, hay una evidente ausencia de voluntad entre las partes. A mi juicio existen dos posibles soluciones de asimilación entre representantes del exilio (no solo el de Miami, sino el asentado en todo el mundo) y el futuro gobierno cubano:

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· Defender la convivencia, construyendo un edificio diverso, habitado por diferentes columnas de pensamiento, de genero, edad, religión y origen, o sea, pilares en las que se sostenga una sociedad plural y de respeto a la palabra.

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· La desaparición física, o la perdida de protagonismo del grupo A, unida a la madurez cada vez más palpable del grupo B.

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La pilarización (o verzuiling) es una herramienta clave para la coexistencia e integración “gradual” de sociedades fragmentadas por diferencias religiosas, de estilos de vida y culturas diferentes, un ejemplo de su practica exitosa es BENELUX. Yo sé bien que no somos ni belgas ni holandeses, pero tenemos que tratarlo.

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Quisiera terminar este salto de “potro en el abismo”, con una frase de Bernard Shaw: "Mientras un pueblo no tenga un medio de expresión política y cultural propio, le costará dedicarse a otra cosa".

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Si queremos tomarnos la coladita en Cuba, vamos a cooperar y como dicen mis brothers de Habana Abierta: “que nadie hable más alto, que nadie tiene toda la verdad”.

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GeNeRaCiOn AsErE/ tonymg