¿Cómo despedir a Álvarez Guedes?

 con un buen chiste: Me voy de Miami

Álvarez Guedes nos deja la lección de que hay un sentimiento de identidad que nos une lejos de cualquier regionalismo, raza, extracción, generación, filiación política y lugar donde vivamos; es inevitable, reímos en cubano.

Algunos medios de prensa han querido enfatizar a estas horas, una frase del finado artista sobre la inexistencia de Cuba, entendemos que el ejemplo está mal traído y fuera de contexto, vale aclarar que en aquel momento hablaba de la tristeza de haber vivido tanto tiempo fuera de su país.

En cualquier caso ponemos la vida y obra del humorista como la mejor de sus referencias. Cuba no se limita a un espacio dado y mucho menos a un gobierno.
¿Acaso Cuba no vive adentro de cada uno de nosotros?
Los cuentos, las palabras, las lecciones y el sentido del humor de Álvarez, son precisamente aquello que nos viene a la mente cuando pensamos en Cuba.

Pocos nos han hecho reír tanto como el comediante que hoy nos deja, pero en realidad casi ninguno nos ha dado la certeza de que nuestra patria va más allá de las líneas del horizonte en la tierra que nos tocó nacer.
Los discos de Álvarez Guedes nos llegaban en cassettes de contrabando, burlando el "embargo", o mejor, el bloqueo interno de un régimen que no pudo impedir las carcajadas de su pueblo, tanto de los "comunistas" como de los "gusanos", porque nada en este mundo es tan subversivo y transparente como un buen chiste.

Mediante aquellas estampas de Miami comenzamos a reflexionar consiente o inconscientemente sobre como era la vida y las tribulaciones del cubano de "afuera". Con Guillermo aprendimos que la nacionalidad trasciende a la cuestión de la residencia, la ciudadanía o el pasaporte.
Fue la genial gracia de este cómico de todos los tiempos, la que nos dio esperanzas y a muchos la también la "bienvenida" incluso antes de partir de la isla. Por eso hoy que se va este mentor de la cubanía,  uno se pregunta ¿Cómo despedir a Álvarez Guedes?

GeneracionAsere/ LA PANDILLA