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12 de noviembre de 2007

On lunes, noviembre 12, 2007 by GeNeRaCiOn AsErE in    11 comments


Luego del conocido incidente entre el Rey Juan Carlos y los presidentes de España y Venezuela durante el cierre de la Cumbre Iberoamericana en Chile, me quito el sombrero ante su majestad, quien ha tenido la oportunidad histórica de poner a un triste payaso en su lugar.


Chávez pasará a los libros como el falso aprendiz de un tirano, como ese tartufo sin gracia e inteligencia que no para de meter la pata cada vez que abre la boca. El presidente venezolano protagoniza hoy la corriente política más absurda y horripilante que haya podido originarse jamás en América Latina, la del ‘fascismo de carnaval’.
Si hay alguna diferencia que define al rey español del actual presidente de Venezuela es que el verdadero valor de un líder radica en las acciones de su vida y no en las promesas de sus discursos.

Muchos reyes han desfilado por los tronos de esta Tierra, pero pocos han hecho tanto bien a un pueblo como el actual Rey de España. Juan Carlos I fue el artífice verdadero de la transición desde el militarismo falangista a la democracia actual de su país y cuando en 1981 sectores del ejército español pretendían retornar el fantasma retrogrado del franquismo, su voz fue decisiva para frenar aquel oscuro golpe de Estado. Hasta el mismísimo Santiago Carrillo quien apodaba al monarca como ‘el breve’ termino a la sazón de aquellos acontecimientos terminó reconociendo la bravura del Borbón.

El peso histórico de la figura de Juan Carlos I no está dado por la corona que el mismo heredara en su juventud, sino en todo caso por los actos que le han definido durante el largo camino de su vida y que hoy le presentan ante el mundo como un hombre sabio, como el estadista demócrata que con solo dos palabras ha resumido el sentimiento de millones de ciudadanos del mundo.

GeNeRaCiOn AsErE / tonygm
Alcierre: Que bueno sería que los venezolanos salieran a la calle ahora mismo bajo el grito de ¿por qué no te callas? ¿por qué no te callas?

11 comments:

lola dijo...

Me recordó a unos episodios del Zorro que ponían cuando era niña donde decián mucho la frase: ¡cállate soldao!
La verdad es que el rey se ve que estaba hasta la coronilla de estar escuchando tantas sandeces. Saludos!!

Güicho dijo...

Para mí es ya la frase del año 2007.

Anónimo dijo...

¿del año? esa frase se queda para siempre y persigue al tipo en cada evento o escenario mundial. ‘KAOBO,’ en la ONU y en futuras Cumbres, aunque se bañe o se viste de seda... cada vez que empiece con su cantaleta... la gente se va a recordar de

¿por qué no te callas?

General Electric dijo...

es cierto, Maylin, ese es el tipo de frases que se convierten en fantasmas. Ya me imagino a la gente sonriendo en privado mientras el tipo da su muela en eventos futuros

Yo soy Medea dijo...

Gerard... te proyectas que ni Lumiere....

GaviotaZalas dijo...

Buen Post de parte de los Aseres. Creo importante resaltar la figura del rey Juan Carlos porque como bien dices y se sabe, habla poco y hace poco pero lo justo en el momento justo. Parece q la cosa venia de atrás el Chavez se pasó la cumbre tildando de fascista a Aznar y ya al final el rey no pudo más.
Zapatero me gustó siempre porque desde q llegó a su partido se acabaron los gallineros, era una persona precisa y congruente. En aquellos momentos el partido de izquierda estaba dividido y sin lideres, cuando hablaban sus colegas era solo para descalificar al partido contrario sin proponer cosas serias.(típico de la izquierda) Luego Zapatero cambio las cosas.
No simpatizo con la izquierda por lo q ya sabemos (se me nota) pero las cosas intento decirlas como las veo. Lola e Ivis quizás puedan agregar o discrepar sobre el tema...

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

bueno zapatero se comportó a la altura de un jefe de gobierno y el rey bateó un home run por el jardín central.
Vamos, que ya van dos días no paro de reírme.

nos pillamos, t.

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

Que viva el rey!

Albert

omar dijo...

Lo triste de todo esto es la incapacidad de Chávez para darse cuenta de que se le está yendo el tren.

Honestamente, no me gusta Chávez, su boconería barata cuando todos saben que como militar se rinde demasiado rápido, su pretender encajar en un modelo de izquierda radical que pasó de moda y que pierde en el "vejete desleal" a su líder auténtico; sin embargo, llegó al poder por voluntad popular, con dinero y como consecuencia del mierdero histórico que Venezuela ha sido, con lo que, de haber querido, hubiera podido cambiar muchas cosas allí. No soy un conocedor de las interioridades de Venezuela y demás está decir que no le creo a la Media de ningún bando, pero el socio me huele a "luz en la calle y oscuridad en la casa".

Respecto a "regímenes absurdos" en Latinoamérica creo que los ha habido peores y mucho más tristes, pero de que "el prosopopéyico" se ganó el ¿por qué no te callas?, se lo ganó.

Otro "sin embargo": Aznar es otro imbécil que tampoco va a dejar mucho positivo en la Historia.

Saludos

Anónimo dijo...

XVII Cumbre Iberoamericana
Cuídate, España, de tu propia España
HÉCTOR ARTURO
Mucho antes del incidente del pasado 10 de noviembre durante la Cumbre Iberoamericana, el poeta advirtió de forja tajante a sus compatriotas:

"Cuídate, España,
de tu propia España…"

Pero quizás sus versos encendidos, por haber sido él de izquierda y muerto en las mazmorras fascistas, diezmado por la tuberculosis que allí contrajo, sean desconocidos por algunas de las personalidades de ese país, que se suponen leídas y escribidas.

La soberbia con la cual el rey Juan Carlos I de Borbón se manifestó durante esa cita universal y las falacias pronunciadas en el mismo foro por su Jefe de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, ponen sobre el tapete al menos dos cuestiones: o ambos estadistas erraron y tendrán que pedir el perdón que jamás han pedido a nuestros pueblos, o esta España sobra de las Cumbres Iberoamericanas, pues ya no andamos en tiempos de metrópoli y colonias, y hemos gritado a los cuatro vientos que estamos cansados de soportar y callar.

Nadie, absolutamente nadie en la mencionada reunión de la capital chilena pronunció una sola palabra en contra de España, ni de Su Majestad, ni de su Gobierno, ni de su Congreso de Diputados.

Sencillamente el presidente de Nicaragua se refirió a la compañía FENOSA, con la cual su Gobierno ha confrontado serios problemas, y su homólogo Hugo Chávez se refirió al apoyo del ex primer ministro español José María Aznar a los golpistas que intentaron derrocarlo en abril del 2002.

Ambos, por supuesto, ripostaron a los paños tibios, por llamarlos de alguna forma decente, con los cuales Rodríguez Zapatero pretendió arreglar la Historia de esta parte del mundo a su manera, como para quitarse de encima el peso de cinco siglos de explotación, saqueo y genocidio, hechos de los cuales ningún Gobierno español se ha arrepentido todavía, y por el contrario, lo celebran con bombos y platillos año tras año, como si habernos robado nuestras riquezas naturales y haber derramado la sangre de cientos de millones de nuestros antepasados fuera una gracia o algo que tenía que haber ocurrido, porque sí.

Poco le faltó a Zapatero para llamarnos vagos, flojos, incapaces, apáticos e indolentes. Sus palabras me hicieron recordar aquel artículo insolente, publicado en el periódico The Manufacturer, de Filadelfia, en contra de los patriotas cubanos que combatían contra los colonialistas españoles a fines del siglo XIX, que encontró la más digna respuesta en la réplica que José Martí tituló "Vindicación de Cuba".

Decir a estas alturas que las causas de nuestro subdesarrollo y pobreza responden a factores internos, y que no debemos culpar de ello a elementos foráneos, es sencillamente una desfachatez, una insolencia, un tratar de quitarse la responsabilidad de los hombros, o cuando menos una muestra suprema de ignorancia, o un gesto para hacer favores a otras potencias de allá y de aquí, que mucho han tenido y tienen aún que ver con todo lo que ocurre en esta parte del Planeta, muchos de cuyos territorios están incluidos en los 60 ó más oscuros rincones del mundo, que merecen lecciones de docilidad a fuerza de bombazos yanquis.

A estos vericuetos blandengues y falseados fue a lo que respondieron, valiente, honrada y dignamente, los presidentes Daniel Ortega y Hugo Chávez.

Y Su Majestad el Rey Juan Carlos, acostumbrado como buen monarca que es a escuchar solo adulonerías, fanfarrias y cánticos elogiosos en su honor, no tuvo siquiera la decencia de escuchar todas las verdades que allí se expresaban en respetuoso silencio, para tal vez, al final, meter la cabeza en un cubo, avergonzado.

Como si estuviera tratando en pleno Tercer Milenio con sus vasallos de los virreinatos de ultramar, el descendiente de la Casa de los Borbones se atrevió, prepotente y altanero, a ordenar silencio a Hugo Chávez, quien al decir de los cubanos, "no se le calla ni a la madre que lo parió".

¿Por qué Zapatero tuvo que salir en defensa a ultranza del fascista y genocida José María Aznar cuando fue denunciado con tales calificativos por el presidente venezolano Hugo Chávez?

Hasta el pipisigallo sabe que el tal Aznar sabía de antemano el golpe de Estado de abril del 2002 en Venezuela, y el embajador de España fue el primero y creo que el único diplomático acreditado en Caracas, antes incluso que el de Estados Unidos, en aparecerse en el Palacio de Gobierno, posando junto a los golpistas, que pretendieron, una vez más en Nuestra América, pisotear la Constitución de un país, derrocar a un Presidente electo por el voto popular y acabar de un plumazo con la democracia, que tanto se llenan la boca estos señorones en alabar, exigir y vigilar, aunque sus Jefes de Estado, como en el caso del Rey, jamás haya sido votado en elección alguna, pues su cargo es dinástico y pasa de abuelos a padres, a hijos a nietos y a bisnietos, y nadie ha cuestionado hasta cuándo continuará esa página de la Edad Media, vigente aún en pleno siglo XXI.

Pero lo interesante del caso es que mucho antes el ministro de Relaciones Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, y el Congreso de Diputados en pleno, habían condenado tales acciones del Gobierno de Aznar, y ni Zapatero ni Juan Carlos I los cuestionaron ni se atrevieron a mandarlos a callar.

A Chávez sí que no se le podía permitir que dijera la verdad, quizás por temor a que denunciara otras cosas y otros apoyos a los golpistas, sumados a los de Aznar, que se conocen bien, porque en este mundo se acabaron los bobos.

Para tratar de justificar la imbecilidad de Su Majestad y la propia, Zapatero pronunció unas frases edulcoradas durante un mitin celebrado en Buenos Aires, poco después del bochornoso incidente de la Cumbre Iberoamericana.

Antes, con algo de veta colonialista aún, había advertido amenazante: "que sea la última vez que ocurra algo semejante en una Cumbre", como para que temblaran todos los mandatarios latinoamericanos… ¡Ay, qué miedo… Zapatero no nos permitirá jamás que le digamos al pan, pan, y al vino, vino…

En la capital argentina, el Presidente del Gobierno español dijo que España dio una respuesta adecuada a una actitud inadecuada del Presidente de Venezuela, y añadió que "si en una reunión internacional alguien descalifica a un compatriota tuyo, tú sales a defenderlo, aunque sea tu rival".

Traducido del más castizo castellano, Zapatero expresó que nadie podrá decir nada en contra de Franco, porque Franco era español; ni tendrán derecho a expresarse de los fascistas que acabaron con la República Española, arrasaron con Guernica y asesinaron a Federico García Lorca, porque en definitiva, eran fascistas y asesinos, pero eran fascistas y asesinos españoles.

A partir de los conceptos justificativos de Zapatero, nadie osará condenar a los terroristas que causaron cientos de víctimas en los atentados de la estación ferroviaria de Atocha.

Ningún alemán podrá hablar mal de Hitler; los estadounidenses guardarán silencio en relación con Mr. W; los saudíes no repudiarán a Osama Bin Laden y los cubanos tendremos que tragarnos nuestro dolor por los horrendos crímenes de Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y toda la pandilla mafiosa de Miami.

Zapatero perdió el tiempo que debió haber empleado en exigir castigo para los soldados yanquis que asesinaron a mansalva al camarógrafo español José Couso, y repito, ESPAÑOL, así, con mayúsculas, muchísimo más español que Aznar, porque fue a filmar en Bagdad los horrores de una guerra exigida en las Azores por este farsante, a pesar de que millones de españoles se opusieron a la agresión genocida, que solo buscaba cambiar sangre por petróleo.

¿O es que vamos a tener que pensar nosotros los latinoamericanos que Su Majestad el Rey de España y el Presidente del Gobierno español van a las cumbres a defender a compañías que continúan saqueando nuestras riquezas, a promotores de golpes de Estado y a genocidas confesos y genuflexos?

Tras este episodio que nada tiene de diplomático y sí mucho de política, ideología, dignidad y decoro, el presidente Hugo Chávez recomendó al Rey de España tener paciencia ante las caras e ideas nuevas que surgen en América Latina.

Cuba, en la persona de su vicepresidente Carlos Lage, se puso de parte del hermano Hugo Chávez y reiteró en Santiago de Chile que Aznar es un fascista y Bush un asesino.

Y en sus recientes Reflexiones tituladas El debate en la Cumbre, el Presidente Fidel Castro escribió que "el sábado 10 de noviembre del 2007 pasará a la Historia de Nuestra América como el Día de la Verdad".

El poeta fue previsor: "Cuídate, España, de tu propia España", sobre todo ahora, cuando en las tierras que van desde el Río Bravo hasta la Patagonia, los pueblos comienzan a unirse unos a otros, como la plata en las raíces de los Andes, y vuelven a andar con sus espadas y palabras los Padres Fundadores, para que no pase más ningún gigante de las siete leguas ni consintamos en ser esclavos de nadie.

José Martí sentenció hace más de un siglo que "es la hora de los hornos, y no se ha de ver más que la luz". Y esta luz, que es la de nuestro sol de libertades, no vamos a permitir que la tapen con un dedo o insolencias ni capitanes generales, ni virreyes, ni conquistadores, ni príncipes, ni monarcas, porque esta gran Humanidad ha dicho basta y echado a andar, y su marcha de gigantes no se detendrá hasta conquistar su verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez, inútilmente…

Consulte además:

● Úcase Real nos conmina al silencio
● Cumbre en Chile: no nos entendemos

omar dijo...

Ok, anónimo, de acuerdo con muchas de las reflexiones del texto referentes a las posiciones de Zapatero y el Rey y del carácter post colonial de mucha de la política contemporánea. Sin embargo, los argumentos indiscutibles no necesitan de la mala educación y ese es el problema de Chávez.
Por supuesto que Aznar se merece muchos de esos calificativos pero el respeto a las normas de la diplomacia, en el contexto de un encuentro diplomático, son la estructura de la posibilidad; el protocolo existe justamente para que podamos conversar; sin él, terminamos gritándonos sin que nos entendamos y es allí donde Chávez se pierde con bastante frecuencia.

El argumento posible de que la diplomacia no debe callar las verdades cuando necesitamos decirlas, descalificaría cualquier esfuerzo de entendimiento en foros Internacionales; por lo que las acusaciones de Chávez no son el problema sino el haber interrumpido a Zapatero en su uso de la palabra y traer a un Aznar que ni cuenta ni da color, 4 años después. Por eso digo que "se ganó" el por qué no te callas, aunque no soy partidario de un Rey que nada tiene que ver como figura de autoridad en pleno S XXI; tener un Rey, en si mismo, es ya una negación de cualquier idea de igualdad.
Por otra parte, se sabe (y por la red anda un texto al respecto) que el Juanca nunca le hizo la misma pregunta a un montón de matones con los que se reunió y mantuvo relaciones diplomáticas, sin embargo Chávez debería saber que existe el derecho de réplica y usarlo.