¿Por Qué Fuera de Cuba, la Carne de Puerco No Sabe Igual?

photo by Alina Fernandez

Aquí en Miami y allende los mares, hay una pila de gente que con el transcurso del tiempo (en lugar de manager de pelota) se ha convertido en experto chef, excelso gourmet y hasta perito autorizado en el arte de degustar la comida criolla. Que conste, que no me escapo del arañazo. Es muy común escuchar en medio de una cena oficial, reunión familiar o vulgar descarga, aquello de que “como en Cuba, nada señores”

Quienes vivimos la dura escasez del Período EspAcial, tenemos que agregar el factor de que empatarse con un buen bistec en Cuba era todo acontecimiento y por lo tanto un evento digno de recordar, aunque no es menos cierto que es un fenómeno mundial, el que los emigrantes que no paren de comparar lo nuevo con lo entrañable.

Caballero, ¿Será que fuera del terruño nada vuelve a sabernos igual?
Luego de experimentar por años con el adobo Goya y la sazón Badía… de aderezar con días de antelación el pernil del 24 o la paleta del 31, a la hora de la verdad siempre se aparece alguno que suelta con propiedad, “Compadre te quedó especial, pero ninguno como los de Cuba”

Y no importa si asaste el lechón en caja china, si lo cubriste con hojas de guayaba, o si antes te lo bendijo tu mismísima madrina, a aquella carne siempre le falta algo “un gustico” dicen… y a estas alturas ya estoy por creer que es verdad, que tanto viejo, recién llegado o exiliado a mitad de camino no se pueden equivocar. ¿Acaso hay algo capaz de superar nuestra añoranza?

GeNeRaCiOnAsErE/La PANDILLA