¿Deben los Estados Unidos esperar a que el gobierno de Cuba inicie la transición, o forzar la misma mediante un cambio en su diplomacia?

Quitarle el pretexto
Para nadie es un secreto que por más de medio siglo, el arma preferida del régimen de la Habana ha sido la confrontación permanente con Washington, para justificar un estado de precariedad crónico que entretiene a los cubanos en la ‘lucha’ por su sobrevivencia. ¿Cómo explicar el desastre administrativo, económico y social de la isla, sin apelar al ‘oportuno’ bloqueo?
La confrontación personal en un nuevo escenario
Quien piensa que el gobierno de Raúl se beneficia con el levantamiento de las restricciones , obvia que las mismas nunca limitaron el intercambio comercial entre Estados Unidos y Cuba (el cual creció durante la administración Bush) sin embargo, estas medidas de liberación de viajes, posibilitan la confrontación personal en el seno de la familia cubana y dentro de un escenario nuevo, donde el tradicional líder del Proceso ha salido del gobierno y le toca ahora a sus septuagenarios secuaces, continuar con el juego de siempre.
El verdadero Crédito de EE.UU. al régimen, es la inacción
El verdadero crédito de Estados Unidos al régimen de Cuba ha sido durante todas estas décadas su Estado de inmovilidad diplomática y por lo tanto la desaparición del escenario político, social y económico de la isla, permitiendo al totalitarismo actuar internamente como único protagonista, como monopolista y dueño de todas las alternativas para estrangular al ciudadano. Por eso el verdadero lema de la revolución desde su comienzo es, “ñaca –ñaca o la muerte… pero primero ñaca –ñaca”.
Si el gobierno de Obama, decide esperar –como sus predecesores- a que la Habana enrumbe su destino político hacia un transito a la democracia, simplemente le estará otorgando al gobierno cubano, el tiempo necesario para continuar en el poder. Es sencillamente ingenuo, pensar que una tiranía va a iniciar por si misma el camino hacia su propio fin.

GeNeRaCiOnAsErE/tony