Balseros en el desierto.

Ya van para dos días que viajamos en esta guagua. Los calzoncillos me aprietan y las medias me dan calor...

.

La gente se entretiene entre paradas, viendo al Chivas golear a los Tigres, o con esa canción de la patrulla 91, la de los dos acordes que suenan como a la entrada del circo ruso.

.

Cuando el bus vuelve a la carretera se recupera el silencio, aquí todo el mundo quiere cruzar... hay gente de todos lados, pero nadie mira a nadie y del asunto no se habla.

.

Al caer la tarde suben a la guagua unos militares que gritan, tienen chalecos blindados y portan armas largas, nos miran a los ojos.

.

–¿Lleva droga en el bolso? ¿Qué le trae por Sonora? ¿Tiene armas con usted?-

.

Ni sé como nos dejan seguir, por la ventanilla cae el sol de un domingo corriente. Los muchachos con su mejor camisa van a buscar a la novia y las jovencitas en grupo se pasean por el parque de la Iglesia. Un viejo habla con su mujer recostado en el portal de la casa, y yo creo de pronto que ando metido en una película, que ahora vivo en otra parte y que mi vida real me ha avandonado, que espera en suspenso mientras paso por esta travesía entre la Habana y Miami.

.

Se detiene el bus y ahora si nos bajan. !Estamos presos! Al menos mi apendejamiento es sereno, los pasaportes expirados, 130 dólares entre los dos y un carné de la UNAM que no sé si mostrarlo.

.

El chofer que hasta hoy nos miraba distante, se ha fajado como un león por nosotros. Es que nunca sabe de donde salen los ángeles, pero solo cuando aparecen, es que volvemos a creer en ellos.

.

Se va la guagua, dice angel que va reportar nuestra detención a su regreso, pero con su partida se nos cae la esperanza.

.

Dos horas, tres... retenidos en espera... dos cubanos sin papeles y sin esperanzas, abandonados en un camión celda en medio del desierto de Sonora. Tu veraaaaaa' que si a estos tipos les da por virarnos para la habana... vamos de cabeza pa’ la piscina del tiburón sin dientes...

.

Uno de los sicarios dice que nos va a soltar de “buena fe” y le damos las gracias, pero al irnos se brinda parara montarnos en la próxima guagua –Tu va' veeeeer- y aceptamos, pero el susto nos invade cada vez más.

.

Es larga la espera, mientras, hablamos con los guardias de Fox, de Obrador y hasta de boxeo. Mira que las noches del desierto son frías, pero conoooo tengo hasta el fondillo “sudao” el miedo actúa de extrañas formas.

¡Que viva la virgen de la Guadalupe!

¡Que viva Oscar de la Oya!

Los minutos parecen horas...

Esto parece un experimento para medir nuestra resistencia ante la angustia. ¿Así qué Sorem Kierkegaard..., no? !No jodas chico, que venga para para acá, que le voy a dictar una conferencia magistral sobre la angustia !

.

Al fin nos suben en el próximo bus, esta viejo, escachado, bien parece una diligencia y estos predios me recuerdan al lejano oeste...bueno: estamos en el Oeste.

.

El elegua de Eduardito rueda por la guagua para arriba y para abajo. No se sabe como salió el dichoso coco de su bolso... cuando voy a reír me callo “por si acaso” porque, aunque que no creo en na’, ahora mismo tengo a la virgen en una cadenita colgada del pescuezo.

.

Lago Negro es como una favela al estilo norteño, un caserío de cemento que crece arbitrario entre el polvo rojo. Lugar ralo, de maleza calcinada y gente que mira hacia abajo para disimular su mala entraña. No hay turistas, ni hospitales, ni cines... no hay escuelas para niños, ni parques para actividades sociales. Allí solo hay una razón de ser y es la de la Industria de estafar al que cruza, para ello están las tiendas de víveres y los bares de putas, la tolerancia de la autoridad y las fondas donde el pollero se ve con sus victimas para decirles como hacer, antes de cruzarlos al Norte.

.

Es solo cuestión de preguntar como se cruza, pero lo cierto es que no conocemos a nadie...

.

GeNeRaCiOn AsErE/tonygm.