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23 de julio de 2007

On lunes, julio 23, 2007 by GeNeRaCiOn AsErE in    2 comments

Voy a empezar esta historia por el principio, como deben comenzar todas las historias....

Hasta los 10 años todo fue normal. Tenia el mismo televisor ruso en blanco y negro que tenia todo el mundo, un radio alemán con 40 veranos o más y en mi casa, por suerte, no se hablaba de política. En el barrio echaba los campeonatos de temporada, así fueran de ajedrez, ping pong o pelota, y el de las bolas que nunca pasaba de moda. Yo siempre tuve tremenda puntería y si alguien me recuerda de estos tiempos, puede confirmar esta calidad de orgullo nacional.


La tortilla comenzó a virarse con los primeros viajes de la comunidad a Cuba. Después, con el tiempo he comprendido que el FIFA cometió un grave error para con su propia campaña. Esa fue una ventana que nunca mas se pudo cerrar.

Recuerdo que estaba en la escuela el día que llegaron mis abuelos la primera vez. Después siguieron viniendo con cierta frecuencia, para visitarnos y ayudarnos a base de tremendos sacrificios y con ayuda de toda la familia, como hacemos los Cubanos.

Mis padres fueron a recogerme sin explicar nada y con una cara extraña. Mas tarde he comprendido que era por la emoción intensa de mi Papá que volvía a ver a su Papi y Mami.

Fuimos al aeropuerto y fue un día raro que no se me olvida; el olor, el color intenso de todos los regalos que me trajeron. En fin, el mar. De allí directo para Santa Maria y nos hospedamos en el mar azul... quizás ahí empezó a funcionar el gusanito de lo material, poquito a poco en mi mente de niño la confusión fue creciendo. Cuando volví a la escuela me llevé unos paquetes de gum que regalaba primero a mis mas allegados y después "arbitrariamente" incluso a quienes no conocía. Desde niño siempre fui un sutil experimentador de la naturaleza humana, mas bien observador, y aquellas reacciones me dejaron perplejo. Nunca fui interesado, era muy difícil de sobornar o intimidar. Mi Mamá me cuenta que yo no le tenia miedo a nada. No sé que me ha pasado de viejo que le tengo miedo a todo. La abuela me preguntaba antes de cada viaje que yo quería y siempre respondí que nada. Que nada. Realmente nunca me ha gustado que me regalen cosas y no sé por qué. Quizá mi deuda emocional es impagable.

Un tercer ojo se abrió en mi (y no es ese que ustedes piensan) sino algo que en nada tenia que ver con lo material, digamos un punto de referencia que me permitió comparar actitudes y despejar variables, simplificar la formula a una edad temprana.

La adolescencia llegó inesperada, y la mirada se escapó hacia las sayas y los pechos que crecían sin freno a mí alrededor, aun intercalando juegos de base ball, ajedrez o alguna que otra bufonada... Fui eliminado, por suerte de los recomendados a los jóvenes comunistas, ya de por sí me parecían gente extraña, envidiosa; los pequeños vigilantes del futuro. A Lisette la criticaron duramente en el aula por llevar zapatos extranjeros, y yo no pude evitar levantar mi voz en su defensa -El zapato ortopédico no eleva la calidad humana, tan solo da dolor en los pies... -

Mi etapa de estudiante careció de interés por el futuro, quizás una vocecita subconsciente me decía: ¿futuro de que? No pensaba en irme, solo en divertirme, y me alegro porque nunca más lo he podido hacer igual. Cuba siempre fue un país ideal para dilatar.

Yo pase el pre-universitario en una escuela donde abundaban los hijos de papá influyentes con el papá mayor lo cual hizo más evidente la diferencia social entre todos nosotros y la elite fifariana-profesada, con la excepción de muy pocos casos. Todo el mundo comprendía esto, lo cual hacia prácticamente imposible que el lavado de cerebro o que las clases de filosofía Marxista surtieran algún efecto, tal y como piensan, de nosotros los recién llegados, una parte de la población Cubana en el exilio. Aparentemente estamos dañados para siempre... Desde el primer día de clases en la universidad, nunca pensé en graduarme, ya comenzaba a darle vueltas a la idea del escape.

En un año que no quiero mencionar, para mantener la cronología dispersa, comenzó mi plan de librarme del compromiso universitario sin incurrir en el error de establecer un nuevo compromiso con el servicio militar.

Continuará esta historia entre profesores universitarios a sueldo, amonestaciones en mi expediente estudiantil, exilio interior, fiestas, literatura y mis tretas de muchacho ante el coronel del Comité militar del barrio para escaparme del verde ...

Adrian Leverkühn

2 comments:

lola dijo...

Esto me recuerda un chiste de Alvarez Guedes refiriéndose a los primeros visitantes de la comunidad: los gusanos regresaron convertidos en mariposas. Creo sinceramente que ése fue el error del régimen, pero es lo que permitió a mucha gente abrir los ojos a la realidad, y que ese paraíso socialista del que tanto se alardeaba no era tal. Paraíso social Suecia en los 60-70

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

oye mi herma, voy a cogerte miedo jugando bolas...
tu sabes que no estaría mal organizar un campeonato en el exilio?
nos vemos, tony.