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16 de mayo de 2008

On viernes, mayo 16, 2008 by GeNeRaCiOn AsErE in    12 comments

Hay una clase de calor que parte el alma y sancocha las esperanzas a pedazos, ni rastros del aire acondicionado, tenemos las ventanas abiertas de par en par, y por lo tanto se nos mete toda la ciudad aquí adentro.

Sitúate en la calle Mercaderes por un momento y conecta, un segundo piso donde suben todos los ruidos y sonidos que puedas imaginar, los pasos de la gente afuera, los ruidos en la escalera, algún que otro silbido a las primeras de la mañana, luego –poco a poco- los transeúntes, los pregoneros, las mujeres gritándole a sus hijos, cuadrillas de constructores con carretillas, los extranjeros envueltos en ricos perfumes y rebeldes grajos, que se revelan ‘salvajemente’ contra la humedad del trópico. ¡AH! Como obviar a los ZANQUEROS y su conga oriental. A las 11:30 am comienzan a enamorarnos las tripas, esos olores finos que vuelan desde el restaurante ‘La torre de marfil’ cebollitas requemadas en salsa agridulce ( aromas que son una prueba a mi imaginación) que sé yo, “San Berenito y otro mandado todo mezclado” muy cerca de aquí está la Casa de las Especias, con esencias fuertes para llevarse a casa, que revolotean y entran hasta deabajo de las sillas… Ahora mismo al asomarme al bacón veo al ‘JP’, haciendo la cola para comprar algo... habla animado con una muchacha !!!Hurray !!! “Mi soledad se siente acompañada”.
En el fondo, este es un barrio con magia, distintivo como lo puede ser el Vedado o Miramar y por muy obstinada que esté ahora o mañana, si miro por la ventana los colores enseguida me devuelven una especie de esperanza. Aunque no quiera, toda la vida y la bulla diaria de estas callejuelas me invaden... me contagian aunque sea por solo un segundo y luego este se queda conmigo para alumbrarme el día. Al menos aquí no hay chance para guardar silencio, esta parte de la ciudad es inconfundible, para algunos aborrecible ‘lo comprendo’ pero para mí es inolvidable. Esa mezcla de ruidos y gentes allá afuera, es casi lo único que me alegra y no quiero o no puedo abandonarlo. ¿No sé si tú me entiendes?

GeNeRaCiOnAsErE/emilia.

12 comments:

Eufrates del Valle dijo...

Aseres, que carta mas conmovedora!!!!! Que linda cronica de esa parte de la ciudad. Very touching.

Anónimo dijo...

claro que lo entiendo, el carino como casi todo lo demás, comienza en el respeto.
Abrazos,
Maylin.

Yo soy Medea dijo...

pero es una asere nueva, no?

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

perdimos todo eso para aislarnos en nuestras latas de sardina(excepto los que viven en NY, como EU, u otras ciudades similares con transporte urbano adecuado) yo no lo sabía el día que me fui y aún me volvería a ir por razones que ya sabemos, pero coño como lo extraño, ese ajetreo de andar a pie.

albert

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

y eso de andar a caballo tambien lo extrano, encaramado en las nubes, montando musaranas...
la habana era el escenario ideal para
escaparse.

nos vemos, t.

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

si, de verdad que si es el escenario ideal... hasta de visita te remontas... aunque a un nivel de awareness diferente, claro. pero igual te "suspendes" en el aire, pensando en las musaranas... aunque solo sea por un intervalo de tiempo definido.

cosas del respeto, ah?

peskaito.

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

albe, date la vuelta por aca pa' que vuelvas a andar a pie y sientas la sabrosura del clima tropical... a pie!

dale, que estas son cuadras corticas tambien.

=)

peskaito.

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

peskaito,
que tal si vamos los tres aseres de Miami por allá por Pan-AmA... y metemos una mini-cumbre de asuntos sin importancia, ;)
mucha cerveza, mucha rumba, mucho son...
sabroSon, sabroSon.

nos vemos, tony. ;)

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

mede, tenemos que prender un tabaco largoooo, ahora que estoy de vuelta con mAS tiempito.

t.

Anónimo dijo...

para Emily, de lord byrus.


(autor, quien tu sabes)

Emilia, tus ruinas las leí con buena voz,
tienen puertas como tú.
Qué ridículas mis cartas,
que ridículas las sombras de mis sueños.
Qué bien te recuerdo llorando.

Emilia, has ido junto con cada oración,
escondida en un baúl
como un signo inevitable,
y hay anécdotas tirándome del ceño.
Qué bien te recuerdo llorando.

Qué dirá tu instinto cuando sienta esta canción
y que dirás tú, que te acercas
a la máxima distancia entre nosotros.
Quien conoce que un soldado moribundo te cantaba,
que hubo olores de una selva,
que había cines,
que llovía.
Vallejo así nos descubrió,
Byron estaba en su lugar.
Todo pasaba con nosotros.
Emilia, qué horriblemente hermoso
era aquel tiempo.

Emilia, qué pasa,
cuál resaca nos llevó al silencio,
a recordar.
Algún viento nos ha dado
y en sus puntas
discutimos con la muerte:
que no te sorprenda llorando,
Emilia.

j. ferrer dijo...

¡Sí que lo entiendo! Gracias.
jorge ferrer

Anónimo dijo...

Como dice una canción que me gusta mucho: "no saben los caramelos como en mi tierra natal... no es igual, no es igual...
No importa cuán lejos estemos, esos olores, sabores, etc., etc., se siguen sintiendo mientras vivas.
Gracias por los recuerdos.