Juanes de Arco. Como caer en la trampa de quien no puede sostener un diálogo.

Galería de ~emmerge (by fotografiar)

¿Qué ganamos con dividir al mundo entre los que están a favor o en contra del concierto de Juanes?
¿De qué sirve convertir en enemigo a la "Plaza de la Revolucion", a unos cuantos músicos, o al mismísimo evento en cuestión?
En todo caso ellos son la consecuencia y no la causa de que en Cuba exista un régimen totalitario.

La confrontación da legitimidad al gobierno de la Habana
Al gobierno de Cuba le conviene la pelea de los buenos y los malos, del nombrete sobre el argumento, del monólogo sobre el diálogo, del blanco y negro, o de "comunistas y reaccionarios". A cualquier régimen de facto le será mucho más fácil justificar una guerra de "patria o muerte" y alistar a la gente en uno de los bandos, si existe de hecho un contexto donde sobran ataques personales y faltan argumentos válidos. Es la confrontación eterna, la que asegura la inamovilidad de los liderazgos. Vale la pena dejarlo claro, "los liderazgos de ambas partes".

Imposibilidad para sostener un diálogo
Mientras Juanes y su concierto continúe como centro del diferendo entre el gobierno de Cuba y el exilio de Miami, alejamos la oportunidad de preguntar a las autoridades de la isla (ante la opinión publica) puntos que no pueden contestar sin mostrarse como un poder totalitario.
-¿Por qué los artistas en particular, y los cubanos en general, tenemos que pedir permiso para entrar o salir de nuestro propio país?
-¿Por qué en la Plaza solo pueden actuar músicos que no se oponen al régimen?

De nada nos sirve ser intransigentes con la intransigencia. Pensémoslo dos veces, en lugar de prender la hoguera, vale la pena jugar con la evidencia.

GeNeRaCiOnAsErE/La Pandilla.