Juanes desde la otra Orilla. Y el Conflicto Generacional de Cubanos en Miami

La Habana
Cinco horas de música sin consignas políticas en un escenario oficialista, no solo fueron un pequeño viaje al extranjero para los cubanos, sino también un hecho histórico, capaz de generar en la gente la expectativa de lo que sucederá en su país mas allá de la revolución socialista.
¿Quién dijo que la Plaza es de la Revolución?
Por cincuenta años nos han secuestrado la individualidad, las palabras, los colores y la familia. ¿Ahora también tenemos que soportar que nos secuestren los lugares?

Miami
Antes del evento nos preguntábamos cuanto podría cambiar la actuación de Juanes en Cuba. Sin embargo, aquel espectáculo dejó ver que en el exilio de Miami se gestan una serie de cambios profundos.
Luego del suceso ocurrido en el Versalles el pasado domingo, ha quedado claro que los cubanos de la Florida tienen varios puntos de vista, no solo sobre el evento, sino también sobre la isla, y que estos, son el reflejo de tiempos y de habitar en un contexto democrático que permite espacios para todos los ciudadanos. Espacios que indican no la división, sino el Progreso de nuestra comunidad.

Los Labels (etiquetas)
Nos quejamos con frecuencia de que los medios informativos del mundo catalogan a los cubanos del Sur de la Florida de extremistas, pero es común que entre nosotros mismos, le echemos mano al cartelito para defender nuestras opiniones.
Es fácil repetir la formula de la intolerancia en diferentes contextos, parafrasear discursos, ridiculizar de antemano al otro bando, acusar a nuestros oponentes de castristas o anticastristas... de exiliados históricos o balseros... de extremistas o izquierdistas... sin reparar que la primera etiqueta que tenemos que colgarnos es la de cubanos. Cada cubano tiene el derecho a opinar sobre su país y a su vez de respetar la opinión del otro para de ese modo respetarse a sí mismo.

Conflicto Generacional
Está claro que nos parecemos más a nuestro tiempo que a nuestros padres. No hay que negar el hecho de que existen ciertas diferencias de prisma y matices en cuanto al tema de Cuba según nuestras edades. Sin embargo, el otorgar a nuestras diferencias "un carácter absoluto" nos coloca en el camino de tiranizar permanentemente el tema de Cuba, y esto aplica los mismo a jóvenes que viejos. Es un error tremendo convocar a una sola generación para cambiar a un país, ello solo se podrá conseguir el día en que se convoquen a todas las generaciones. ¿Qué utilidad puede tener un movimiento popular cubano que divida o excluya a los otros por el simple hecho de su edad?

Dolor
El dolor, la perdida de seres queridos y el despojo de las pertenencias, merece nuestro total respeto, pero en ningún caso nuestro silencio. En todo caso "la angustia de los demás" lejos de quitarnos el derecho a hablar, nos otorga el deber de defender nuestra libertad.
Bienvenido quien nada hizo en Cuba y ahora quiere hablar en Miami. Por qué callar ahora? Si es que de eso se trata la democracia, de ejercer todas las garantías constitucionales. Cualquier figura que ponga por delante "su merito o su dolor" para imponer una opinión o invocar la censura de quien le escucha, se convierte de hecho en un interlocutor sospechoso.

El reto de lidiar con el gobierno de Cuba
Nuestros lideres tienen el reto de representarnos a todos, de generar espacios para debatir con respeto sobre cualquier punto de vista y hacer un análisis objetivo de las causas, sin caer en la trampa de reaccionar a los hechos solo a partir de sus consecuencias.
A un régimen intransigente no se le combate con intransigencia, ni mucho menos con negociaciones privadas, sino con un debate abierto y público, donde más allá de la verdad moral, se cuestione la ausencia de libertad con que gobierna.

GeNeRaCiOnAsErE/La Pandilla