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20 de julio de 2007

On viernes, julio 20, 2007 by GeNeRaCiOn AsErE   6 comments
Caballero esto no tiene nombre, les cuento mi último viaje en camello, ahora que el metro-bus está casi al extinguirse, me aventuro casi con nostalgia ante sus puertas, pues debo ir a ver a la abuela al hospital.


Es, viernes, todo el mundo saliendo del trabajo y con un sol de apaga y dale. Entro en la guagua, pasito a pasito, esquivando los espadazos por delante y por detrás. Aquí voy, advirtiendo seca y cortante que estoy puesta para lo mío –permiso, miso, miso...- cuando creo tener ganada la batalla de llegar a un “lugarcito de los buenos” (puesto vacante cerca de las ventanas que nunca abren, de ahí la derivación etimológica de ómnibus a pecera) -bingo- estos son los asientos para las embarazadas, por eso estaban vacíos... En fin, una vez que el infierno rodante se pone en marcha la situación se complica y el vaivén de la ola humanatraeelrumor de una canción, canción de amor y de ansiedad...


Un baño de pueblo me revuelve, ahora arremeten duro contra mis espaldas, en esta curva te cae el gordo calvo sobre el hombro y en el próximo frenazo la compañera gritona de la java grande casi me deja sorda llamando a Rodolfitoooooo. Es grande la variedad de personajes que montan una guagua, que van desde hombres en traje gris, muchachos en short con gallinas debajo del brazo, palos de escoba por doquier, algún que otro pomo frío -¿de leche?- directo a la canilla, y lo que nunca falla, el potaje de olores aceitosos, dulces, tabacolientos, sudorosos, mezcla que hubieran devuelto el olfato al mismísimo Jean-Baptiste Grenouille de Patrick Süskind.


Ahora para rematar dice el chofer de buenas a primeras – ¡Si no caminan hasta el fondo se para esto caballero, por mi hasta que ustedes quieran!- Lo peor es que el "chofe" parece hombre de palabra...bueno, aquí estamos castigados por el digno conductor en jefe... ya van como cinco minutos debajo de esta lata hirviendo, que se sienten como cinco horas... Al fin unos pasajeros mediadores entre la tribu y el chofer nos liberan de la angustia y previa coba a sandalio, decide desde su trono de conductor proseguir el camino. Guernica dentro de una guagua por Angel Boligán, Reinerio Tamayo, Rubén Alpízar y otros, versión de la valla situada en línea entre 2 y Paseo.


Después de una hora de torturas psicológicas y físicas adivino por el jubilo de mis colegas –ya ni mirar a la calle quiero- que llegamos a Penjamo, como diría mama, que no es más que el pueblo de la Lisa, uno de los asentamientos con mas alto nivel de ruido producido localmente por sus habitantes. De más está decir que la guagua nunca se vació, la dejo llena, robusta, tal y como la aborde en su primera parada de la habana vieja.


Ahora lo que quedó de mi cuerpo entra al hospital, la familia tiene que ayudarme en lugar de servirles de ayuda yo con el cuidado de la abuela, que fue el propósito original del viaje antes de abordar el camello.


Aquí estoy, en un sillón de ruedas salvador, sobre el cual me recupero poco a poco, exhalo –AHHH- mientras mama me echa fresco con una toalla –mijita, para que te molestaste...- y ya luego de esto yo no se si reír o llorar, pero lo único que se me ocurre, es pensar que de regreso seguro me voy en un almendron.



GeNeRaCiOnAsErE/ Ari Mar


PUEDEN CHEQUEAR VIDEOASERE PARA REENCONTRARSE CON LA GUAGUA, ALLI COLGAMOS UN VIDEO DE marestered ( DE YOU TUBE) COLECCION QUE RECOMENDAMOS DESDE NUESTRO SITIO.

6 comments:

La Mano Poderosa dijo...

Ño! Esa "guagua" Guernitesca esta fantastica. Solo eso lo dice todo! What a concept, love it!

Anónimo dijo...

ari, me dices que la ruta fue la 298?
el cuento esta sabroso ;)

Anónimo dijo...

Si caballero esa es la ruta 298 y aunque está dentro del hit parade de lás violentas y angustiantes, las hay peores, por arribita para mi al menos, el P1 y el P4 ahhhh y de los nuevos camellos, denominados transmetros(que es no lo mismo pero es igual) el terrible m4. Las experiencias para cada una es similar aunque alguna más llevadera que otras. Hay ocasiones en las que uno desearía poder desplazarse con el pensamiento. Pero bueno el tema del transporte es algo para angustiarse, por la noche no duermes bien de la incertidumbre de lo que pasará si no puedes empatarte con la guagua del trabajo. Esta última es una especie en extinción que una vez llegados los meses de verano hiberna como los osos en el invierno, además cuando pasa no te recoge, en fin esa es otra historia.
Pero bueno que va a ser de uno si un viaje en un Almendrón, que por cierto amenazaron con eliminar, SE IMAGINAN, es tan apretao como un camello, porque en la parte de atrás que es para tres o a lo sumo cuatro personas, vamos cinco. Lo malo es cuando uno es el quinto en montar y casi que vas sentado en la ventanilla, con aquello hacia la calle, y de frente para el resto de la gente adentro, que te miran como queriendote asesinar...

Maylin dijo...

Ari,
Tremendo despelote....me acuerdo cuando me tenia que montar en aquellos artefactos...siempre con el codo en posicion de ataque para evitar que algun descarado quisiera cojer cajitas... Me gusto muchisimo tu historia y la foto que escogiste...lo real maravilloso. En candela!
Maylin

Maylin

GeNeRaCiOn AsErE dijo...

Yo monte bastante colgado de la ventanilla (en mis años jóvenes),
después que conseguí la bicicleta perdoné a la guagua para siempre...
Gracias por recordarnos como lo más elemental se puede convertir en una tragedia (a muchos se nos olvida mientras nos quejamos del tráfico y del calor que hace afuera).
Tu lo haces tragicomedia y me rió a la ves que me avergüenzo. Gracias
saludos. Alberto

Anónimo dijo...

ay, bendito el universo y todo lo demas... yo no llegue al camello, me fui creo que un poquito antes de que salieran en efecto. ahora, eso si... mira que goze en almendroooonnnn!!! =)